sábado, noviembre 04, 2006
Capacidad de asombro... innovación
Hoy, un profesor en la universidad criticaba la falta de innovación de las empresas chilenas y de las limitantes que esa carencia le imponen desde el aspecto competitivo, sobre todo desde una perspectiva global. No es difícil encontrarle la razón, si vemos que más de la mitad de las exportaciones de Chile provienen de la minería, la agricultura y la pesca... es decir, de la explotación de recursos naturales. Es verdad que la tecnología ha invadido todos estos procesos. Por ejemplo, la minería del cobre enfrenta el desafío de reducir el contenido de Arsénico de sus concentrados para sortear las crecientes restricciones que se levantan en países como China y Japón. Otro ejemplo, la industria salmonera ha debido adoptar estándares internacionales para los cultivos, que le han permitido disputar el primer lugar -después de Noruega- como productor mundial. Sin embargo, seguimos siendo un país productor de cobre y salmones. ¿Nos hará falta un poco de capacidad innovadora para dar el paso siguiente, para dejar de ser exportadores de commodities y convertirnos en productores de bienes con valor agregado? Es decir, reemplazar el concentrado de cobre por cátodos o alambrón, o el salmón fresco por alimentos elaborados en base al salmón, por citar los mismos ejemplos. Esto no es gratuito, no se trata de innovar por innovar, sino por avanzar en al menos dos áreas: convertirnos al fin en un país desarrollado (con los beneficios que esto debería generar para la población en términos de calidad de vida), y mantenernos vigentes en el comercio internacional, que cada vez se complejiza e integra más.
Esta discusión en clases me llevó a plantear la siguiente pregunta: ¿somos los chilenos una sociedad innovadora en general? ¿Somos capaces de tener ideas originales y de llevarlas a cabo? Los invito a comentar sobre esto. Los casos y ejemplos de innovación son siempre bienvenidos, en todo ámbito: el arte, los negocios, la política, el deporte... Lo malo es que siempre queda la sensación de que esos son casos "aislados" y no representan necesariamente la idiosincracia de nuestro queridísimo pais.
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3 comentarios:
Somos un país conservador en muchos aspectos y eso atrasa la innovación. El otro problema importante es la desigualdad. Hay muchas cosas en manos de pocos. Esta asimetría impide juntar esa masa crítica de personas con la educación adecuada, la cultura necesaria y la audacia para buscar nuevos caminos.
Saludos
...completamente cierto; somo un país coservador, si...tenemos una repartición de ingresos desequilibrada, tb...ademas, estamos sacandonos lentamente el peso de una mochila que destruyó todo un eje cultural y de hombres libres....tras esa liberación, comenzarán las ideas, seremos capaces de respetar la iniciativa y podremos mirar lo bueno que hay adentro, sin mirar deslumbrados lo que pasa fuera de nuesrtras fronteras...un abrazo, amigazo
Bueno... yo pienso que la excusa agrava la falta. Está claro que puede haber razones que expliquen la falta de creatividad o el hecho de ser tan conservadores pero lo importante es no perder la capacidad de asombro. Es necesario ir descubriendo lo nuevo en nuestro quehacer diario, sin necesidad de estar copiando lo que vemos dentro o fuera de nuestras fronteras. Gracias por sus comentarios.
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